El primer juicio por la comercialización de preferentes en Valencia comenzó este miércoles en la Ciudad de la Justicia. Andreu Sánchez, transportista en paro con un hijo a cargo, reclamó a Bankia la devolución de los 4.200 euros que invirtió, según su versión sin saber que lo hacía, en preferentes de Bancaja en marzo de 2011. Sánchez no da el perfil del preferentista medio, explicó Daniel Araque, responsable de la asociación Adicae en Valencia: “Suelen ser personas mayores, y él es relativamente joven. Y suelen tener invertidos en preferentes buena parte de sus ahorros, 30.000 o 40.000 euros. Pero dada la situación económica en la que se encuentra, sin dinero ni recursos, para él esos 4.200 euros son oro”.

Según el relato expuesto por Sánchez ante el juez de Primera Instancia (orden civil) que ha conocido el caso, acudió a solicitar un crédito a la oficina de Bancaja en la calle de la Reina (barrio de El Cabanyal, Valencia) para adquirir un coche de segunda mano. En la oficina le dijeron que para concedérselo debía contratar un producto al cual estaría asociado el crédito. Sánchez firmó un depósito a plazo fijo, pero este, según el denunciante y Adicae, “solo duró un día”.

Al siguiente, sin contar con su autorización ni firma, la entidad habría reconvertido el depósito en preferentes, un complejo producto a perpetuidad, que proporciona intereses periódicos, pensado inicialmente para ser negociado en el mercado secundario. No existe en la práctica, sin embargo, un mercado de preferentes, debido al nulo interés que despiertan, por lo que sus tenedores están atados al producto en principio para siempre.

Sánchez firmó más tarde la transformación en preferentes de su depósito, pero según Adicae, cuyo abogado lo ha representado en el caso, sin conocer tampoco en ese momento las consecuencias de ello.

El letrado de Bankia, la entidad en la que se integró Bancaja, negó este miércoles que se hubieran incumplido las normas y afirmó que el cliente aceptó “libremente” la oferta de la entidad. El director de la oficina de la calle de la Reina declaró que no tramitó la inversión en preferentes, pero que sí fue el encargado de llamar por teléfono a Sánchez un año después, en marzo de 2012, para informarle de que sus preferentes carecían de valor y que la única alternativa que podía ofrecerle era convertirlas en acciones de Bankia. “Se quedó sorprendido cuando le comenté que tenía preferentes. Supongo que en la compra no se lo explicaron bien”, afirmó. Desde que recibió las acciones, los títulos no han dejado de caer hasta quedar en el entorno de un céntimo de euro.

La reconversión obligatoria de las preferentes en acciones constituyó, según Adicae, una segunda “estafa” sufrida por Sánchez, a quien describe como “una persona sin formación financiera a la que se colocó un producto complejo sin advertirle de los riesgos que entrañaba”. El juicio quedó visto para sentencia. Adicae ha canalizado muchas más denuncias por preferentes en Valencia, algunas de las cuales son colectivas y agrupan a centenares de afectados.
elpais.es 17-04-2013

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