Los clientes de Bankia que consideran que han sido engañados a la hora de comprar participaciones preferentes de la entidad tienen ahora una vía para recuperar su inversión, más allá de la quita del 39% que ha impuesto Bruselas al aprobar el plan de reestructuración de la entidad nacionalizada. El ministro de Economía, Luis de Guindos, anunció el martes, en su comparecencia en la Comisión de Economía del Congreso, que el Gobierno promoverá un arbitraje para que este tipo de cliente pueda recuperar su inversión.
Los plazos para iniciar el proceso aún no están establecidos, pero cuando se conozcan «se les dará amplia publicidad para que el proceso tenga la máxima transparencia», según explican fuentes financieras. Pero, basándose en la experiencia de lo que ha ocurrido en NCG Banco, y en la lógica que regula el propio mecanismo del arbitraje, ya se puede dibujar un perfil de inversor que tiene todas las papeletas para ganar el arbitraje.
El núcleo de la cuestión es que tiene que resultar meridianamente claro que el cliente ha sido engañado a la hora de adquirir el producto. Esto implica, en primer lugar, que tiene que carecer de los conocimientos financieros necesarios para entender los riesgos de un producto híbrido (mitad deuda y mitad capital) como las preferentes. En el caso de NCG Banco, por ejemplo, este criterio implicó que los empleados y sus familiares quedasen excluidos del arbitraje, ya que resulta difícil defender que un empleado de banca no sepa que es una preferente.
También tendrá mucha importancia el historial bancario del cliente. Una persona mayor que en su vida nunca haya contratado un producto de riesgo tendrá más probabilidades de convencer al árbitro de que en su oficina le colocaron el producto vendiéndoselo como si fuera otra cosa, es decir, un depósito. Los casos más llamativos, como los de gente que ha firmado el contrato de subscrición de las preferentes con una cruz por ser analfabeto, tienen prácticamente el arbitraje ganado.
Cómo pedir el arbitraje
Cabe recordar que el arbitraje es un proceso individual y no se puede requerir de forma colectiva. Es gratuito, ya que el cliente no tiene que llevar abogado ni procurador y es alternativo a la vía judicial.
Los árbitros serán los servicios de consumo de las Comunidades Autónomas (CCAA) y su decisión será vinculante: es decir, lo que el árbitro decida en cada caso tendrá que ser acatado por las dos partes. En los servicios de consumo se instalarán unos formularios a través de los cuales el cliente podrá solicitar el arbitraje. Pero, antes de llegar al proceso, las solicitudes de los clientes pasarán por una criba. El «cribador» será un asesor externo que, en el caso de Bankia, aún no ha sido establecido.
En el caso de NCG Banco, la mayoría de los clientes que han llegado al arbitraje tras pasar la criba lo ha ganado.
¿Cuánta parte de la inversión se recupera?
En el caso de Bankia, aún no se ha decidido formalmente qué parte de la inversión recuperará el cliente, pero fuentes financieras apuntan a que, como ha ocurrido en otros casos, no será exactamente el 100% de la inversión inicial, ya que habrá que descontar parte de la rentabilidad obtenida con el producto.
Si el cliente gana el arbitraje porque demuestra que contrató preferentes cuando pensaba contratar un depósito, es probable que se le descuente el plus de rentabilidad que la inversión de riesgo le ha proporcionado frente al producto de ahorro. En otras palabras: si la preferente le ha pagado un cupón del 7% cuando los depósitos estaban ofreciendo en promedio el 3%, estos cuatros puntos porcentuales de diferencia se descontarán de la inversión inicial.
estafapreferentesbankia2009.blogspot.com.es 21.12.2012