¿Quién es el responsable último de las muertes y del suicidio de las familias que van a desahuciar?
Asistimos angustiados a un incremento exponencial de suicidios derivados de problemas financieros, cuando la desesperación de un desahucio llama a tu puerta, y ves que vas a perder tu casa o la de tu familia, a veces crees que es el final y ciertamente lo es si te rindes. Las continuas crisis económicas están sembrando un futuro incierto y están propiciando un genocidio financiero del que hay muchas familias no saben cómo salir.
Es la desesperación y la idea de no existir un futuro lo que lleva a la última decisión de suicidio y nos preocupan por dos segmentos importantes, por un lado, los jóvenes, y por otro los ancianos. Los unos porque el futro y el mensaje que se les da dista mucho de ser esperanzador, y los segundos porque es triste una vida trabajando y suicidarte como ha pasado en Cantabria, a dos hermanas, porque te van a desahuciar.
Insistimos que no se puede integrar a una familia en el mercado laboral si han perdido su vivienda. La pérdida de la vivienda familiar es un hito difícil de superar si no existe alternativa habitacional antes del desahucio. El cielo como techo puede ser una idea muy romántica pero poco práctica y menos con una familia a cuestas. Y con todo recorrido que realizamos sobre la problemática de la vivienda nos preguntamos: ¿quién es el responsable último? Creo que lo tenemos claro.
El genocidio financiero -y estos suicidios- son un poco culpa de todos los que pudiendo hacer algo simplemente optan por apartar su mirada porque es doloroso. Las viviendas no es un objeto de comercio es un bien de primera necesidad. Por lo tanto, no hay excusas: ni moratorias. No podemos mirar hacía otro lado.
Os invitamos a leer el último artículo de Mª José Alamar para el Instituto de Derecho Iberoamericano donde realiza un análisis profundo -y con bisturí- sobre la problemática de la vivienda. Podéis consultarlo en este enlace: Protección de la vivienda familiar hipotecada ante situaciones de crisis económica.